Volvimos al mercado subterráneo donde la otra vez nos llevó Rebeca y nos dimos unos cuantas vueltas más. Lo primero que te impacta es el olor. Es un olor fuerte, muy dulzón como a fruta macerando que según a qué puestos te acercabas era tapado por un penetrante olor a... podrido, no vamos a andar con eufemismo, los puestos que vendían pescado y gambas tenían un aspecto nauseabundo y también había unos pequeños cuadriláteros con carne de vaca colgando, rodeados de perros callejeros y moscas a cientos. Llevabamos poco tiempo cuando sentimos la necesidad urgente de salir de alli y tomar unas bocanadas de aire.
Fuera había puestos de simplemente todo, desde zapatillas, champús, vigorizantes masculinos, peliculas, hierbas curatodo a frutas de esas que sólo salen en los libros de fantasía medieval, de esas que lees y no te crees ni por asomo. Había una especie de fresas de cuyos puntitos de fuera salían unos pelos de varios centrimetros envolviendola, algo parecido a alcachofas pero 4 veces más grandes, unos platanos de color rosa-rojizo, unas redondas ovaladas parecidas a tomates pequeños,... Había también un corro con el típico charlatán vendiendo lo que creemos que era un antiácido estomacal porque lo echaba en un bote con un liquido y empezaba a efervescer...
También podía estar vendiendo polvos para hacer cerveza casera, os recuerdo que el dialecto de aquí suena a algo asi: (poned el minuto 0:18)
Luego hicimos una visita al centro de salud público del pueblo. Público quiere decir que lo sostiene el estado. Pero que lo sostiene y ya, porque aparte de las 4 paredes para soportar la casa no aporta nada más.
Entramos y un agradable médico nos dió una rapida visita por las 3 habitaciones del edificio. Nos explicó también el funcionamiento económico. Cada mes reciben un lote de X medicamentos, donde X es igual a lo que al Gobierno le salga de... Ayer había recibido los antibioticos para todo el mes: 15 botecitos de Ampicilina para tratar todas las infecciones que 42.000 personas tengan en un mes. Y nosotros dejando medicinas en Madrid por exceso de peso. Estamos pensando mandarlas por correo cuando volvamos.
Luego nos la jugamos a comer en un restaurante del pueblo:
No, en serio, fuera de la imagen hay 2 pedazo de hamburgesas de pollo y ternera, quizás poco a poco nos atrevamos con los productos frescos de aquí.
En la foto se ve el acompañamiento:longanizas con guacamole, unos nachos, y una verdura que quizás sea ¿lombarda? ¿cebolla? acompañado de unas tortillas (harina con nada)
Ya de vuelta a casa:
"- Menudo desaguisao han montado"
decidimos explorar los alrededores. Y resulta que muy cerca nuestro un Español ha abierto un hotelito precioso con un embarcadero:
Y el hotel tenía piscina. Una solitaria y desamparada piscina:
Mañana a currar, espero que lo de hoy os haya gustado porque mañana no dará para tanto el día.
p.d.: No lo he puesto hoy, no os perdais mañana nuestra experiencia con el regateo mercantil. Un judio en acción nunca fue tan lamentable...
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